¿Cómo elegimos nuestra realidad?

Hola de nuevo amigos; he titulado la entrada de hoy «cómo elegimos nuestra realidad» y es que, aunqueos pueda parecer una exageración,  no se trata de ninguna metáfora; en esta entrada vamos a hablar de cómo elegir literalmente nuestra realidad.

Veréis, no sé si habéis intentado alguna vez desvelar un jeroglífico. Tienes los datos delante tuya pero no logras ver una lógica en ellos. De vez en cuando pareces intuir algún nexo de unión, pero cuanto intentas entrelazar los elementos, las imágenes vuelven a enredarse, dando al traste con cualquier esperanza que hayas podido alimentar. Pero de pronto hay algo, una frase, una imagen… que te da la clave y lo ves, lo ves con tal claridad que te parece mentira haberlo tenido todo ese tiempo ante tus ojos.

En este caso el elemento detonante fue una conversación con un compañero acerca de una figura literaria, la ucronía.

Antes de entrar en materia, se hace preciso explicar en qué consiste tal figura. Se denomina ucronía al género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa. En definitiva, se trata de la construcción de una historia a partir de la reconstrucción de un acontecimiento histórico real, pero modificando algunos de los hechos de forma que el resultado especule sobre un nuevo curso de los acontecimientos. A ese punto de inflexión se le denomina punto Jonbar.

Ejemplo, podemos reconstruir la historia de Napoleón, pero hacerlo vencer en Waterloo. A partir de ese momento estaríamos creando otra historia posible.

Os cuento esto porque hace mucho que mi mente quiere conectar la teoría de universos paralelos con mis propias observaciones sobre el modo poco «lógico» en el que se suelen desarrollar los acontecimientos de la realidad que experimentamos, y esta figura literaria me vino al pelo.

Para entenderlo habría que recordar un poco en qué consisten las distintas teorías sobre universos paralelos vigentes en este momento. Intentaré hacerlo con imágenes simples y concretas y dejaré un video muy didáctico más abajo.

Básicamente los universos paralelos vienen a intentar dar una solución a un problema aparentemente irresoluble, y es que la Ley de la relatividad de Einstein y el principio de incertidumbre de Heisemberg no son compatibles entre sí o, en cualquier caso, necesitan de algún elemento adicional que los concilie.

Intentando encontrar ese elemento conciliador, los más ilustres físicos han llegado a lo que se denomina  teoría M o teoría del todo. En ella se contempla la existencia de un número indeterminado de universos paralelos, dispuestos en 11 dimensiones, (el tiempo, las tres dimensiones espaciales, seis que desconocemos pero cuya existencia comprobaron y una adicional necesaria para entender la gravedad).

Estos universos estarían dispuestos en una especie de cuerdas vibratorias o tal vez en unas membranas vibrantes que se alejarían y chocarían entre sí como parte del proceso de vibración.

Se cree asimismo que esa realidad de multiversos estaría dividida en cuatro niveles, y que el primer nivel lo compondría un número indeterminado de universos con nuestras mismas leyes físicas, pero donde cada decisión estaría generando un universo distinto por cada posibilidad distinta, que dicha decisión pudiera llevar aparejada. De  tal modo que si nosotros tomamos la decisión de dejar de leer este artículo, habría un universo donde seguiríamos leyendo hasta el final, otro donde llamaríamos a nuestra hermana para contarle lo que hemos  descubierto, otro más donde cogeríamos algún libro o nos meteríamos en la red para seguir indagando, y así de forma indefinida.

No obstante la ciencia  contempla estos universos como realidades separadas de nosotros mismos, como unidades individuales e independientes, que además estarían expandiéndose y por tanto separándose unos de otros a igual velocidad que el espacio que los contiene, o sea, acelerándose en forma proporcional a la distancia que los separa, de tal forma que jamás nos podríamos encontrar con algunas de estas versiones de nosotros mismos.

Es aquí donde debo introducir un nuevo planteamiento que, debido a su dificultad para ser comprobado en laboratorio, entra más dentro del terreno de la filosofía que de la ciencia. Lo  que  no le resta ni un ápice de posibilidad de verosimilitud, dicho sea de paso.

El problema en cuestión es que la ciencia está contemplando el espacio y la distancia desde un sistema de referencia de lo que muchas escuelas espirituales denominarían “ego”, o sea “desde una pequeña realidad separada”. Sin embargo, y echando mano de las enseñanzas de grandes maestros como Jesús de Nazaret o Lao Tsé, o grandes filósofos como Platón, podríamos plantearnos un escenario muy distinto.

Si partimos del supuesto de que la mínima porción de energía que produjo el big ban ya era una entidad consciente, y que al producirse la expansión del multiverso también se hubiese producido una expansión de la consciencia, ese multiverso no sería algo ajeno ni exterior a nosotros mismos, sino que formaría parte de nosotros mismos.

Imaginemos pues una única consciencia que se expande y que abarca todo el multiverso. Nuestra supuesta individualidad no sería tal, más bien podría semejarse a los efectos de un mecanismo de restricción mental semejante a la llamada “la mano del ángel”. En Biogenética se llama “la mano del ángel” a la encima que restringe la información de cada célula madre dentro del embrión en crecimiento para individualizarla y especializarla. De este modo, las células primigenias del embrión, que contienen toda la información del cuerpo, se adscriben a uno de los órganos, a fin de hacer factible el cuerpo humano. De modo similar, nuestra mente  estaría restringiendo nuestra información consciente a fin de crear la ilusión de individualidad, propiciando de este modo la expansión de dicha consciencia en forma de fractal.

fractal-art-pl2En tal caso pensar que nuestras células no pueden interactuar entre sí, porque el cuerpo va creciendo y por tanto expandiéndose, sería no entender que ya están interconectadas pues forman parte de un mismo cuerpo.

Bajo esta premisa, el contacto con nuestros otros “Yoes” no sería una cuestión de distancia sino de conexión de una parte de nuestra propia consciencia colectiva  con cada uno de los universos donde se estarían produciendo todas las posibilidades de las distintas realidades.

De este modo y permitiéndome la licencia de simplificar en aras a conseguir una imagen lo más clara y visual posible, podríamos deducir que la realidad de multiversos se podría comparar a una televisión, con infinidad de canales, donde se estarían representando todas las versiones posibles de nuestra realidad. Además, una vez que hemos prescindido del factor distancia, nuestra mente individual vendría a actuar como mando  a distancia para conectarse a cada uno de esos canales.

Tal vez lo que ocurre con el famoso gato de Schrödinger no es que permanezca en una superposición de estados, muerto y vivo a la vez, tal vez está vivo en un universo y muerto en otro y somos nosotros al observar quienes elegimos el universo a experimentar dependiendo de nuestra predisposición inicial.

gato-schrödingergato-universos-paralelos

Pero de ser así, ¿cómo podríamos elegir entre esas posibilidades-canales o conexiones? Sería interesante y muy revelador repasar para ello las enseñanzas y mensajes de los maestros y escuelas espirituales:

“Si creyeres sin dudar que algo ha de suceder lo hará”: Jesús de Nazaret.

 

“Si quieres que algo desaparezca, dale la espalda”: Tao Te Ching (o camino de la energía) de Lao Tsé.

Deberíamos preguntarnos entonces sobre la trascendencia de las imágenes  y creencias que mantenemos en nuestra mente, pues si realmente somos energía consciente en expansión; y si los distintos universos, a semejanza de los canales de televisión, están separados entre sí por distinta vibración; y si además son las imágenes de nuestra mente las que modulan la frecuencia en la que vibramos: entonces estaríamos eligiendo literalmente el universo donde experimentamos nuestras vivencias. Esto suscita muchas interrogantes.

Aquí es donde entraría la figura literaria de la que os hablaba al principio, la ucronía, pues a través de esos canales estaríamos pudiendo crear historias alternativas que se fuesen ramificando entre sí, dando lugar a miles de posibles realidades.

Por ejemplo:

Podría haber quienes no saben usar dicho mando y, ante un canal de terror que no quieren experimentar, prueban a cambiarlo pulsando el botón correspondiente al canal que quieren evitar, al tiempo que pronuncian “no quiero”. En este caso, el infortunado televiden solo lograrían, como es obvio, sintonizar el canal no deseado: “No quiero enfermar”, “que no venga una desgracia”, “¡que miedo!, que no haya una guerra”…

Podrían haber quienes, sabiendo que existen otros canales, no son capaces de usar el mando y llaman a alguien que les sintonice un canal cómodo de vez en cuando. Hasta que su receptor vuelva a perder la programación y deban volver a acudir de nuevo a esa persona: “Psicólogos” “religiones”, “cursos espirituales”….

Y Podría haber también quienes no son en absoluto conscientes de la existencia de otros canales, ni de la posibilidad de elegir. Para ellos el sistema de poder gestiona convenientemente un canal, o grupo de canales oficiales, donde, a través de los distintos medios de comunicación, se les suministraría las claves y elementos necesarios para permanecer dentro de esos universos convenientemente controlados.

Sin embargo también existe una última posibilidad y, a mi humilde entender, más allá de religiones y dogmas, es lo que han pretendido enseñarnos esos maestros de los que hablaba. La posibilidad de aprender a usar nuestro mando y tomar las riendas de nuestra realidad.

¿Tú qué crees?

 

 

 

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10 comentarios en «¿Cómo elegimos nuestra realidad?»

  1. JOSE ANTONIO VEIGA PAULET

    Siempre interesantes las entradas y razonamientos del blog Mercedes. Entiendo y en cierta medida comparto, tus opiniones. No obstante, así a bote pronto, una de las grandes discusiones sobre el Big Bang, es discernir por qué se produce ¿La nada se comprime por sí sola de forma espontánea a tremenda presión y explota? ¿De dónde sale la Nada?¿Esa reacción es provocada por alguien o algo como nos dicen distintas religiones?¿Por qué y para qué? No creo que todas las partículas dispongan de consciencia, como opinaba Hubble en un post que pusimos hace unos días; hay algunas que sí al contrario de otras. La teoría M, propugna una ecuación, una fórmula que aúne el Macroverso y el Microverso, para poder entender el Universo; así que busca un nexo, una unión entre Heissenberg, Einstein, la física cuántica, y algunos otro principios menos valorados pero igualmente importantes. La teoría de las branas, la de las múltiples realidades, valoran relaciones, permeabilidades entre los distintos planos, en uno y otro sentido. Lo último que he leído es que uno de los aparatos que ha hecho posible confirmar las ondas gravitacionales predichas por Einstein, ha detectado una especie de ruido de fondo, que alguno de los científicos ha considerado como la expresión de que el Universo es un simple holograma. Me enrollo demasiado, ya lo sé. Pienso que como energía vibracional universal compartimos sus propiedades, algunas de esas partículas vibrantes son conscientes de sí mismas, y como tales, variando el nivel o tono vibraciónal, pueden resonar con otras distintas, funcionando en sintonía. La mente, el pensamiento, puede y debe ser ese diapasón útil para variar esos planos, o atravesar, la membrana de la «brana» valga la redundancia. Leí una novela hace años, que se convirtió en un best seller, con secuelas literarias y cinematográficas, en el que Hitler gana la Segunda Guerra Mundial, y obviamente la realidad histórica en la que se desarrolla es totalmente opuesta a la actual. Mi neurona, ya no recuerda el título y autor, a ver si algún Héroe la conoce (Gilbert ayuda…). Ufff vaya rollo que he soltado así sin querer. Un besazo

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Muy interesante José Antonio. Sí había pensado en incluir las distintas opciones para ese principio en las que, efectivamente, no todas constituyen un punto inicial. En el caso de las branas, más bien se plantea como choques periódicos entre dos grandes universos… O entre las mismas branas. En cualquier caso creí que incluyendo demasiados elementos, tal vez podría enredar demasiado, y condideré que en realidad no cambiaba en fondo, pues se trata de si ese espacio, chico o grande, con un principio o sin él, sea una entidad consciente.
      En el cosmo ninguna comprensión es fácil, y en la física de partículas nada resulta intuitivo. Sin embargo, ante el problema de la aparición de la consciencia, me he planteado las diferentes opciones y he intentado dilucidar con todos los elementos de que dispongo, y, si bien nadie puede aseverar poder probar una cosa o la contraría, al igual que la 11.ª dimensión no está comprobada y surge de la necesidad de cuadrar el resto de elementos, yo creo que el murtiverso es un ente consciente en sí, porque tal vez sea la única forma de cerrar todas las brechas aún vigentes.
      Muchas gracias por tu comentario.

  2. Marisa Monleón Irisarri

    Vaya Mercedes, siempre tan interesantes tus reflexiones, que nos dan mucho que pensar, que analizar. Es maravillosa tu capacidad de analizar comparativamente, de resumir en ejemplos que se entiendan… Un concienzudo y gran trabajo del cual aprendemos todos los que tenemos la suerte de leerte. Gracias. Besotes.

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Gracias Marisa, viniendo de ti me parece un gran alago, pues deben saber mis lectores que eres una gran escritora y que quien esté interesado en la alquimia debería buscar tu nombre. 😉

  3. Manoli Diaz Miranda

    Querida amiga, según tú comentario y el video pienso que podemos estar en distintos universos a la vez, haciendo lo mismo pero que cambie a lo mejor la ropa, el color del vaso de lo que estamos bebiendo etc… Eso se le llama multversos: universos paralelos entre si.
    Por otra parte pienso que nuestra realidad la co_creamos nosotros mismos, con nuestros pensamientos y emociones.
    De todas formas ha sido un comentario muy interesante. Te felicito mí gran amiga. Te quiero muchísimo. Besos y abrazos de LUZ Y AMOR.

  4. Alicia Rodríguez

    Me parece estar escuchándote ahora en la cocina de mi casa. Y luego te dije: ¿eso por qué no me lo escribes cuando tengas tiempo?. Pues aquí está. Un beso.

  5. Edgar

    FELICITACIONES.- Es complejo el conocimiento de los físicos, tanto que recién se está completando la Teoría M y por eso tiene gana mérito tu resumen, más aún si lo tomas de sustento como posibilidad de ‘usar nuestro mando’ y tomar las riendas de nuestra realidad como enseñaron los grandes maestros. Como se sabe para el surgimiento de la vida en nuestrro universo se ha dado un «Ajuste Fino» en el desarrollo de las partículas sin en cual no viviríamos, pero no somos los únicos privilegiados, la Teoría del Multiuniverso todavía no probada pero aceptada entre los físicos, considera infinitud de universos y dentro de ellos unos distintos sin vida y otros similares al nuestro, lo que unido a la expansión debido a la inexplicable energía oscura, acercan la 11 dimensión ó Membranas de la Teoría M de infinitos bigs bangs al camino correcto, porque no es que nada aparece de la nada, el choque de branas concibe tiempo antes del tiempo y por ende, la iguladad de energía y materia de Einstein; Asimismo el Entrelazamiento de partículas por el cual se interconectan sin medio alguno entre ellas a millones de Km. y para el cual no existe explicación científica, pero sí pruebas, por lógica se acerca a aquello que argumentas de que podemos cambiar e interconectarnos.