Poemas de Rafael y de María
Rafael y María
Hoy quiero dedicar esta entrada a dos personitas que el cielo confió momentáneamente a mi cuidado. Muy distintos entre sí pero con algo en común; ambos son portadores de una extraordinaria sensibilidad.
Estos poemas son de su autoría, el primero de mi hijo Rafael, lo escribió hace un año; el segundo de mi hija María, lo escribió hace cuatro, cuando solo tenía doce años.
AMARGO
Amargo, un beso vacío y ahogado en miedo
Un sentimiento confuso en un quizás eterno.
Unas alas cortadas que sueñan por surcar el cielo
Un juguete roto que finge volver a ser nuevo
Abrir los ojos otra cruel mañana y de pronto
el sueño de una vida es pasado.
No vislumbro a reconocerla en su mirada,
De reconocer esos ojos dulces que antes me gritaban que me amaban.
Promesas extintas se clavan en mi pecho y
Cada puñal me recuerda que sigo locamente enamorado de su recuerdo
Cuando me habla, cada vacío de nuestras palabras
Me hace añorar la música de nuestros ya lejanos silencios
Solo quedan restos de un amor fatal
Yo, un romántico olvidado,
Como un recuerdo fugaz
Como un corazón helado
Rafael Méndez
CORAZÓN DE TINTA NEGRA
Corazón de tinta negra
Que oscurece la larga sombra del olvido.
Prendes mis pétalos
Torturas mis ojos con tu mirada
Haces de mis días de verano
Una congelada tormenta de invierno
Frenas mi tiempo
Y aceleras mi pulso
Con cada falsa palabras
Me coronas de princesa
En un reino de mentiras
Y descubro que no eres mi príncipe prometido
La corona de enamorado
Se cae con cada grito
Y aún así tengo miedo de tu olvido
Cada lágrima derramada
Humedece las hojas de esta rosa herida
Que en una noche de oscura tortura
Se comienza a deshojar
María Méndez
- Hasta siempre Abuela
- Presentación de «El espíritu de La Martona»