Actuemos ya

Hola a todos:

Hoy subo estos 36 escalones con un profundo dolor en mi corazón.

Veréis, he pensado mucho antes de decidirme a escribir este artículo.

Y lo he hecho porque cuando veía la foto de este niño sentía rabia e indignación.

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Pero yo sé que ese no es el camino.

Hace mucho que sospecho que quienes provocan este tipo de cosas lo hacen, no solo porque no les importen las consecuencias, sino porque quieren provocar ese tipo de sentimientos.

Que sé yo, es difícil comprender sus motivos.

Tal vez necesiten nutrir sus putrefactas almas con la energía del dolor, el miedo y la rabia de los demás.

Tal vez hayan decidido que es tiempo de mermar la población con nuevas guerras.

Que sé yo de sus motivos. Pueden ser muchos y todos igualmente siniestros y deleznables.

Pero yo sé que ese no es el camino.

Es cierto que esta sociedad está enferma, que hemos fracasado como humanidad y también que tendremos que reinventarnos.

Pero no son las armas (que venden quienes también te proporcionan los motivos y deciden cuando las vas a usar) las que nos traerán la solución.

No ganaremos esta batalla con armas, porque quien a hierro mata a hierro muere y porque quien siembra vientos recoge tempestades.

Mirad a vuestro alrededor. Muchos se esperanzaron con las recientes revueltas puestas en marcha en muchos países, para luchar contra sus monstruosos gobernantes. ¿Acaso alguna de esas revueltas trajo una pizca de luz a esos pueblos? Simplemente el sillón de un monstruo que caía fue ocupado por otro monstruo que se levantaba.

He dudado mucho hasta escribir este artículo porque solo podemos reinventar esta humanidad si lo hacemos con conciencia. Eso era lo que quería transmitir, pero no podía hacerlo sin meditar antes, porque no se puede dar lo que no se tiene, y yo lo que sentía era indignación y rabia.

Medité mucho sobre ello y caí en la cuenta de que me indignaba porque proyectaba mi sufrimiento sobre otro culpable, y entonces comprendí que yo también era culpable y la indignación dio paso a la pena y al dolor.

Pregunté después al cielo (porque yo suelo preguntar con frecuencia). Pedí una señal sobre si la respuesta que buscaba estaba en aquello que sentía mi corazón, y el cielo que siempre responde, también lo hizo hoy y recibí mi señal.

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No, yo no he hecho las leyes injustas, yo no cierro fronteras, yo no bombardeo sus casas y yo no les cobro hasta su última moneda para dejarlos morir en el mar. No, yo no. Tampoco la mayoría de los que leéis este artículo. Pero nosotros somos la humanidad, y quienes lo hacen no tendría ese poder si nosotros no se lo estuviéramos entregado.

No intento alentar a que nos levantemos en armas para provocar una revolución. Ya lo he dicho, no vamos a ganar esta batalla con la armas.

Pero debemos actuar y debemos hacerlo ya, porque es nuestro miedo el que los sostiene y sobre eso sí deberíamos pensar y mucho.

Debemos comprender que la escasez es patrimonio del avaro y que la abundancia existe para el generoso.

Ellos nos han enseñado, nos han gravado a fuego en el alma, que los recursos son limitados, que quien da divide. Nos han dicho que en eso consiste la lógica y que las personas sensatas tienen en cuenta esa lógica para preservar y proteger a los suyos.

Pero el universo no es lógico, y sus leyes desafían continuamente nuestra lógica. Tal vez ha llegado el momento de comprender esa verdad.

¿Y si nos han estado mintiendo? ¿y si sus matemáticas económicas no son más que sus herramientas para controlarnos desde el miedo?

Tengo una gran amiga que podría enseñarnos mucho al respecto.

Vive de sus modestos recursos, que no son muchos, no le sobra, pero como ella dice, «no le falta nada».

Da a todo el que llama a su puerta pidiendo algo, y no importa que sea consejo, ayuda o comida. Ella siempre da.

Cuando le preguntas te dice que su olla nunca se vacía hasta que no ha sacado el último plato. Y si intentas transmitirle “sensatez” haciéndole ver que no puede dar todo sin pedir nada a cambio, ella te sacará de tu error respondiéndote: “no te equivoques, yo doy con una mano y siempre recibo el doble con la otra”.

Para el misterio de mi amiga no hay economista que tenga una fórmula. Pero es real, tanto que constituye la mayor verdad del universo.

Amigos, debemos pensar, porque nos indignamos pero cerramos la puerta de nuestras casas y protegemos nuestros bienes. ¿Nos asusta que haya que repartir y ya no haya para todos?

Yo no sé si habrá langosta para todos, pero sin duda hay pan para todos. Y un bocadillo compartido con un hermano mientras reímos juntos aprovecha más que una langosta a escondidas, para que el otro no vea que puedes tomarla y quiera robarte.

No hay motivos para temer, estoy segura.

Pero hay que ser valientes y comprender,

Que esta batalla solo la ganaremos abriendo: Abriendo puertas, tendiendo manos, compartiendo el pan y abrazando corazones.

Que no debemos escuchar a quienes llenan nuestros oídos de malos augurios e intentan llenar de temor nuestros corazones.

Que tenemos que confiar en la vida, confiar en Dios y confiar en el universo.

Porque de verdad otro mundo es posible, pero tenemos que construirlo desde el amor.

Seguramente esta puerta se os antoje estrecha y desde la “aún parte afortunada de este mundo”, es más cómodo entrar por la puerta ancha, pero:

“Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”

¿De verdad lo que queremos dejar a nuestros hijos como herencia es un mundo lujoso con los cimientos podridos?

Dejémosles una sociedad sin temor, donde sepan que el otro es un reflejo distinto de nuestra propia alma, donde se pueda compartir amor, porque solo ese tipo de vida merece la pena ser vivida.

¿Quienes son los nuestros? ¿Acaso una gota de agua en el mar puede creer que la muerte y la contaminación puede golpear a las gotas que le rodean sin que llegue a afectarle?

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6 comentarios en «Actuemos ya»

  1. Silvia (Zoe)

    Hola Mercedes.
    En mi reflexión sobre está imagen es primordial puntualizar desde donde la estoy percibiendo.
    Desde la visión del mundo dual es practicamente imposible ser capaz de asimilarla, es necesario dar un paso atrás para observarlo desde la consciencia (el impulso de ese paso atrás puede ser el intenso dolor que produce verla), desde ese foco lo que veo es un reflejo de lo que somos, de lo que hemos creado como consciencia colectiva, este reflejo del horror está en cada uno de nosotros, la rabia, la ira, la crueldad, el abuso y un sinfin de emociones que hemos construido y engordado meticulosamente, el mundo es un reflejo de lo que somos, ¿de que otra manera podríamos ver lo que somos?, una vez reconocido puede nacer en nosotros la Compasión qué es un sentir creador, la pena sería una sentimiento o energía que refuerza el victimismo y la incapacidad que atribuimos a la víctima de salir de una situación dolorosa. Ese niño soy yo también, eres tú tambien, por eso su impacto nos causa tanto dolor, este niño nos está mostrando lo que somos para que lo hagamos consciente y podamos crear algo diferente. Todo lo que vemos en nuestra vida tanto el sufrimiento como la belleza y el amor tienen esta función de pantalla, que hemos creado entre todos y de la que tenemos que ser responsables.
    Para mi el movimiento que hay que hacer es interior y es principalmente de reconocimiento del Ser que somos en nosotros mismos y en los demás, el significado de Somos Uno y la lógica consecuencia de esto es la Gratitud hacia todos aquellos seres que nos están mostrando lo que hemos creado para que podamos sanarlo.
    Gracias, una abrazo.

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Cierto querida Silvia. No obstante creo que todo cuanto surge en nuestra vida viene a mostrarnos algo. Yo siento,con fuerza, en estos momentos, que esto viene a empujarnos a comprender la unidad y trascender el temor.
      Un gran abrazo.

  2. José Luis Giménez

    Estimada Mercedes;
    Tienes mucha razón, sino toda, en lo que dices en tu reflexión. Yo también me vi conmovido en mis adentros cuando vi la imagen de este niño inocente ahogado en la playa que se suponía iba a alejarlo del peligro.
    El peligro no está únicamente en los países que están en guerra, el peligro está en todos esos desalmados políticos que mienten para conseguir su poltrona de la que no se despegarán ni con aceite hirviendo. El peligro está en todos esos miles de ciudadanos ignorantes, que sólo se preocupan de limpiar su consciencia con un donativo en el cepillo de sus iglesias, con marcar la X de la Iglesia en la declaración de Hacienda, con su donativo anual a su ONG preferida, o simplemente confesando sus pecados ante un sacerdote que posiblemente tenga más pecados que él mismo.
    No, no nos engañemos, el peligro está en el miedo. Ese miedo que impide que alcemos la voz ante las injusticias que se cometen a diario en nuestra sociedad, gobernada por corruptos o en el mejor de los casos por incompetentes. Gente ambiciosa de poder, insolidaria, incapaz de sentir empatía por sus congéneres y, por tanto, fuera del sentimiento de solidaridad y humanidad que debería distinguir un representante de los ciudadanos.
    Mientras exista el miedo a enfrentarse a la mentira y a la injusticia, sin importar las consecuencias, seguiremos siendo esclavos de ese sistema corrupto e insolidario; de los tinglados de los poderosos corruptos y sobre todo de la mentira.
    Si vivimos en la mentira, no somos mejores que nadie. Sencillamente no somos nadie por quien valga la pena vivir. La vida debe vivirse en la verdad, para que ésta tenga sentido.
    Que cada cual decida qué clase de vida quiere vivir, pero si elige seguir viviendo en la mentira, que sepa que su vida es una estafa, así mismo y al mundo entero. Todo el mundo sabe que lo falso carece de todo valor.

    © 2015 José Luis Giménez
    http://www.jlgimenez.es

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Querido amigo, comparto tu rábia y tu desconcieto.
      Sin embargo, llámame utópica, quizás idealista o si me apuras quimérica, pero estoy convencida de que conseguiremos cambiar esto y lo haremos desde el único lugar donde podremos realmente cambiar algo, desde la confianaza y la falta de temor.
      También por sobredosis de estimulos atemorizantes uno llega a perder el miedo.
      Sé que tú estarás ahí. 😉
      Un abrazo

  3. Manoli Diaz Miranda

    Tengo la fe y la esperanza de que todo va a cambiar, de que vamos a darles a nuestros hijos un mundo lleno de Amor , Paz, Alegría, Felicidad, Dicha, Prosperidad…….Dejemos de quejarnos porque eso no nos trae solución alguna, con ello me refiero a como está el mundo. Si nos ponemos a juzgarlo perdemos el tiempo. Mejor merece la pena que entre todos nosotros transmitamos esas emociones que antes he mencionado, porque sé que habemos muchas personas preocupadas por el futuro de nuestros hijos.
    Lo digo porque ya he visto muchos comentarios en redes sociales, y cada vez hay más personas.
    Sólo falta la unión entre todas estas personas, y sus pensamientos y emociones podemos conseguir mucho más de lo que creemos. Muchos besos y abrazos de LUZ Y AMOR.