La VERDAD os hará libres

Hola de nuevo a todos. Soy consciente de que mi última entrada pudo parecer a muchos que me recreaba en un problema sin solución que no conducía a otro lugar más que a un estado de desesperanza.

Sin embargo, permitidme hoy intentar aclarar la necesidad de semejante enredo.

En la entrada anterior pretendí dejar medianamente claro que la crisis que nos están vendiendo no tiene sentido. Que es absurdo aceptar sin más que aún habiendo excedentes de alimentos que acaban en la basura o disponer de materiales, mano de obra e incluso viviendas vacías, no es posible idear una fórmula para que estos bienes sirvan a las personas que lo necesitan y que no existe otra opción viable más que dejar a las personas sin los bienes necesarios y destruir estos por otro lado.

Sin embargo, cualquier economista explicaría los motivos que justifican esta paradoja de tal forma, que después de escucharlo quedarías convencido de que no queda otra opción que rendirse a la evidencia y admitir que efectivamente no es posible hacer otra cosa.

Pues hablando de paradojas, creo que puedo servirme de ellas para explicar lo siguiente:

¿Recordáis alguno de esos problemas que se cuentan entre amigos para demostrar que las matemáticas fallan?

Sí, de esos que cuando lo escuchas sabes que no es posible, que algo falla, pero la forma en la que te lo cuentan te hace pensar que efectivamente, las matemáticas fallan y el problema no tiene solución. Mejor pongo un ejemplo:

Una tienda de discos hizo una liquidación saldando un grupo de 30 discos de rock a razón de 2 discos por 10 euros y un segundo grupo de otros 30 discos de rock, en lotes de 3 discos por 10 euros. Al cabo del primer día ya los había vendido todos.

Los discos del lote “2×10” hicieron en caja 150 euros. Los del otro lote “3×10”, ingresaron 100 euros. En total, el primer día se ingresaron 250 euros en la venta de esos 60 discos.

Al día siguiente, el encargado puso otro 60 discos en el mostrador. Entonces pensó: ¿para que molestarme en clasificarlos? Si vendo 30 a razón de 2×10 y otros 30 a razón de 3×10, ¿por que no los junto todos y los vendo en lotes de 5×20 euros? El resultado será el mismo.

A la hora de cerrar se había vuelto a vender los 60 discos, a razón de 5×20 euros. Pero cuando el encargado hizo cuentas, vio con gran sorpresa que sólo había recaudado 240 euros y no 250.

¿Que puede haber ocurrido? ¿Se habrá equivocado el vendedor al dar el cambio?

Es obvio que lo que ocurre aquí es que la forma de plantear el problema hace que desviemos la atención del verdadero problema y nos enredemos en el planteamiento.

No es más que una forma de engañar a nuestro cerebro enredándonos para que no podamos ver la solución.

Para poder ver el verdadero problema debemos salirnos por completo del planteamiento propuesto, debemos simplificar para encontrar el motivo del supuesto error.

Por supuesto nadie ha equivocado el cambio.

En realidad todo el enredo se basa en partir de una afirmación falsa haciéndola pasar por una realidad indiscutible.

La explicación a este desfase está en que en 30 discos salen más conjuntos de 2 que de 3.

El precio de los discos pertenecientes a los conjuntos de 2 es más caro que el de los discos de los conjuntos de 3. Al hacer conjuntos de 5 estamos equilibrando el número y perdemos dinero.

Es fácil averiguarlo si hacemos el siguiente cálculo:

En principio tenemos mitad de discos de un precio y mitad de otro, pero cada disco del conjunto de 2×10 sale a 5 euros y cada disco del conjunto 3×10 sale a 3,33 euros. Si calculamos el precio de una pareja con un disco de un grupo y otro del otro grupo, la pareja saldría por 8,33 euros.

Sin embargo si hacemos un conjunto de 5×20, en este conjunto todos los discos saldrían por el mismo precio, cada disco costaría 4 euros. Si sumamos dos de estos discos la pareja nos saldría por 8 euros.

Estaríamos entonces perdiendo 0,33 en cada pareja de discos.

Como tenemos 60 discos, tenemos 30 parejas y 30×0,33 es igual a 9,9 (el pequeño desfase es debido a que yo he simplificado decimales, en realidad 10 dividido entre 3 no es 3,33 sino 3,3333333333333…..)

Bien, pues dicho lo anterior, mucho me temo que es eso mismo lo que está ocurriendo con la situación económica mundial, sabemos que no tiene sentido, pero no somos capaces de desliar la madeja dialéctica y encontrar el truco.

Llegados a este punto, tal vez debemos preguntarnos no el qué, sino el por qué.

Dicho de otro modo, si realmente están intentando liarnos sin que los hechos apoyen la necesidad de hacerlo, debe existir una razón.

Quienes sois padres o madres vais a entender con facilidad este ejemplo: cuando alguno de vuestros hijos está interesado en algo que vosotros consideráis inconveniente ¿qué hacéis para desviar su atención del objeto de su interés?

Imagino que la mayoría de vosotros habéis contestado que distraerlo con otra cosa.

¿Es eso lo que ocurre?

¿Están nuestros «padres sociales» intentando desviar nuestra atención de alguna otra cosa?

Y de ser así ¿de qué es de lo que intentan desviar nuestra atención?, porque dicho así, todo esto pudiera parecer un brindis al sol.

Sin embargo, yo tengo una idea bastante definida de cual pudiese ser ese elemento inconveniente objeto de dicha maniobra de distracción.

Intentaré explicarla para someterla a vuestra consideración.

Desde que en la segunda mitad del siglo XX se plantearan los principios de la física cuántica, un nuevo mundo de posibilidades inimaginables hasta entonces ha empezado a hacerse un hueco en nuestro cerebro. Conceptos como el indeterminismo, la duplicidad onda partícula y otros muchos, contrarios en principio a nuestra lógica física, están abriendo una grieta en nuestra forma de ver la realidad.

Es cierto que son principios difíciles de comprender ya que son radicalmente contrarios al comportamiento físico que observamos de forma cotidiana en el mundo macroscópico. De todos ellos, quizás el concepto más importante y revolucionario pueda ser el de que la consciencia del observador puede interferir en las condiciones del objeto observado.

Esto ha hecho que cada vez más autores científicos empiecen a plantearse conceptos filosóficos-espirituales no bien comprendidos hasta ahora y a compararlos con el comportamiento de esa energía.

La interrelación entre la energía y la consciencia ha sido analizada entre otros por Fritjof Capra (Doctor en física teórica por la Universidad de Viena) en El Tao de la Física. Y la relación entre la consciencia y los ladrillos primordiales de la vida por Francis S. Collins (Genetista, líder del proyecto Genoma Humano y premio Príncipe de Asturias) en ¿cómo habla Dios?

La incorporación de los conceptos cuánticos ha acelerado notablemente nuestra comprensión del universo y ha provocado toda una nueva serie de conexiones neuronales impensables a principios del siglo XX.

Existen en los últimos tiempos muchos datos que indican que podemos estar viviendo el proceso de un cambio de consciencia, o dicho con más propiedad, una nueva forma de entender la consciencia.

Esa consciencia hasta ahora mal comprendida y peor explicada que empezamos a vislumbrar que tal vez constituya un elemento único y de mucha más relevancia en la creación del mundo que experimentamos, de la que hemos imaginado hasta el momento.

En entradas anteriores de este blog, hemos planteado y analizado que ese comportamiento de la energía, donde el observador decide en última instancia su posición, pudiera trasladarse al mundo macroscópico que experimentamos. Que nuestra imposibilidad para interferir en la materia pudiera ser más la consecuencia de no tener incorporada esa posibilidad en nuestra consciencia que de una limitación cierta de la materia.

¿Pudiera ser ese el motivo de la necesaria distracción antes planteada?

¿Y si estamos cerca de averiguar y comprender que el mundo no es de ninguna forma determinada, sino que somos nosotros quienes decidimos su forma?

¿Y si llegamos a comprender que la fe mueve montañas?

¿Y si descubrimos la falacia de “hay que ver para creer” y descubrimos que en realidad “hay que creer para ver?

¿Y si terminamos descubriendo que no es el mundo el que nos deprime a nosotros, que somos nosotros quienes creamos un mundo deprimente?

Os dejo un video que aunque un poco largo, si os interesa un nuevo punto de vista sobre esto, no os debéis perder.

Después de esto, mi formula para la crisis tal vez la pueda resumir en la siguiente parodia musical.

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