Burbujas espaciotemporales

Hola amigos, hoy me levanté como dentro de una burbuja espacio temporal, contemplando una gran luna llena de tonos anaranjados y con esa sensación extraña que me avisa de que existe algo nuevo en la realidad que me rodea, de que algo ha cambiado. Se trata de una sensación, que he podido sentir con claridad en determinados momentos de mi existencia y que he terminado por bautizar como «salto a otro universo paralelo».

Soy consciente de que esto quizás pueda sonar un tanto desquiciado, pero no tengo una forma mejor de trasladar mis observaciones y sensaciones a este formato codificado del lenguaje que llamamos escritura. Tengo que decir que, de cualquier modo, y esto es algo que algún día comentaré con unos pocos amigos, me alegra enormemente experimentar dicha sensación en estos momentos, pues me temo que diversos acontecimientos vividos en mi entorno en los últimos tiempos me habían llevado a sintonizar con una realidad de la que prefiero alejarme lo antes posible y cuanto más mejor.

El caso es que, como si de una llamada de atención se tratara, la visión de esa gran luna ambarina, me trasladaba a esa íntima sensación de anticipación de aventura que otras muchas veces había experimentado, que ha sido base para mis dos trabajos literarios, en especial del relato corto que diera como fruto mi primera novela «Ajenjo»

No había terminado de poner palabras en mi mente para describir esta sensación, cuando del altavoz de mi vehículo, conectado vía bluetooth a una conocida aplicación de descargas, y que emitía uno de los programas que suelo escuchar de camino a mi lugar de trabajo (en este caso «Dos en la Noche, con Iker Jiménez y Cármen Porter»), brotaba la voz de José Manuel Nieves (periodista científico de ABC), para dar un vuelco a lo poco que aún había conseguido despertar de mi estómago a esa intempestiva hora de la mañana.

Decía este periodista en su artículo, que adjunto,

Pincha la imagen para leer el artículo

…que indagando en determinados trabajos científicos de Benjamin Tippett, experto en relatividad general, que acababa de publicar un modelo matemático según el cual es posible viajar en el tiempo, había encontrado un trabajo publicado en arXiv.org, el 29 de octubre de 2012, en el que, bajo el título «Posibles burbujas de curvatura espaciotemporal en el Pacífico Sur», contaba una increíble historia vivida por un marinero llamado Gustaf Johansen, describiendo un encuentro con una isla extraordinaria. En su increíble relato, el marino insistía en varias ocasiones sobre las «cualidades geométricas aberrantes» del lugar. «Una gran puerta de granero -escribía Johansen- …no podíamos decidir si estaba en posición vertical o tumbada como una trampa o una puerta de sótano… la geometría del lugar estaba equivocada. No se podía estar seguro de que el mar y el suelo estuvieran horizontales, por lo que la posición de todo lo demás era fantásticamente variableTodas las reglas de la materia y la perspectiva parecían perturbadas«.

Lo increíble de todo esto, que al parecer contaba este marino en 1925, es que todo podía explicarse a la luz de la física moderna, como el relato de cómo vería alguien la realidad, si estuviera inmerso en una burbuja espaciotemporal». Con lo que el científico terminaba preguntándose: «¿Cuál es la probabilidad de que la imaginación de un profano en la década de 1920, sea capaz de describir accidentalmente no sólo los efectos de una lente gravitatoria, sino también la relación anómala consecuente entre líneas, ángulos y áreas en un espacio curvo? ¿Cómo podría explicar los detalles de un misterio cuya única solución puede ser la dilatación del tiempo debido al espaciotiempo curvo? ¿Cómo es de probable que un hombre sin conocimiento de la relatividad general moderna sea capaz de fabricar a ciegas un relato con tantos detalles coherentes?»

Quienes habéis leído mis novelas comprenderéis, sin necesidad de más explicaciones, el motivo por el qué la información sobre dicho artículo había conseguido dar un vuelco a mi estómago.

Las consecuencias generales de este tipo de informaciones me parecen como poco, vertiginosamente excitantes, y, en mi propia experiencia, ese tipo de cosas que pueden hacerte sentir la increíble emoción de estar formando parte de algo grande y extraordinario.

Sobre todo, me parece una magnifica forma de constatar lo que vengo defendiendo hace años desde estos peldaños, “que no existe la separación que suponemos entre el mundo de la relatividad, el submundo cuántico y nuestra propia realidad, y que es posible experimentar los extraños efectos de estas realidades en nuestro propio mundo.

Concluía José Manuel Nieves su locución esta mañana, con una frase pronunciada por un científico, al que no puso nombre, que a mí se me antojo una de las mejores definiciones que he escuchado últimamente de Dios.

«Los humanos somos, probablemente, la forma que tiene el universo de preguntarse por su propia existencia»

Así que no puedo más que saludar esta mañana de martes diciendo «Buen día mi querido universo, comenzaba a echarte de menos»

 

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2 comentarios en «Burbujas espaciotemporales»

  1. Ismael

    También escuché a José Manuel Nieves anunciando esto. Y es fascinante.
    Muy buen artículo para reflexionar.
    Un saludo.

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Gracias Ismael. Si te interesa el tema, te recomiendo que eches un vistazo al resto de mis artículos «¿Podemos comunicarnos con otros universos?, Cómo elegimos nuestra realidad, Agujeros negros y experiencias cercanas a la muerte y muchos otros. Encontrarás muchas reflexiones de este tipo.
      Saludos.