Dios juega con dados marcados

Decía Albert Einstein que Dios no jugaba a los dados. La física cuántica, con su principio de indeterminismo, sin embargo parece confirmar lo contrario.

El caso es que tanto la ley de la relatividad como el principio de indeterminismo de la física cuántica han demostrado funcionar en la realidad.

Hoy me gustaría hacer una reflexión sobre el número aureo, la sucesión de Fibonacci y y el color en la estructura de la naturaleza.

Intentaré para ello adentrarme en el tema de la forma más clara posible.

La sucesión de fibonacci, consiste en una sucesión numérica que se construye a base de sumar los dos números inmediatamente anteriores al que deseamos averiguar, así empezamos por el 1 el siguiente sería de nuevo el 1, el inmediatamente posterior sería 2, como suma de los dos 1 anteriores, el siguiente 3 que es la suma de 1 y 2, el siguiente 5 y así sucesivamente:

1-1-2-3-5-8-13-21-34-55 etc.

Esta sucesión numérica posee características muy interesantes.

En primer lugar, está presente en innumerables elementos de la naturaleza: las ramificaciones de algunas especies de hierba, flores, arbustos o árboles, así como la disposición de los piñones en la piña, o de las florecillas que forman las flores compuestas como las margaritas. Y en el cuerpo humano, los huesos que forman el dedo índice de la mano están en la misma proporción que los números 2, 3, 5 y 8.

La proporción que existe entre ellos, es el conocido como número Fi, que es un número irracional representado por la letra griega Φ en honor al escultor griego Fidias:

fibo1

fibo2

El número áureo surge de la división en dos de un segmento, guardando las siguientes proporciones: La longitud total a+b guarda una proporción con el segmento más lago a, que es igual a la proporción que guarda el segmento más largo a es al segmento más corto b. Esta proporción se consigue dividiendo a+b entre el número Φ. Tendríamos así que si el segmento a+b mide 13 lo dividiríamos entre 1,618, y de esta forma a mediría 8,04 y b 4,96.

Podemos encontrar la divina proporción en la naturaleza, en la relación entre la altura de una persona y la altura de su ombligo, o en las proporciones del cuerpo de muchos animales.

Esta proporción está representada en el hombre del vitruvio, en las grandes obras tanto pictóricas como arquitectónicas de los grandes maestros, que de esta forma quisieron emular la perfección presente en la naturaleza.

Otra característica que podemos encontrar en este número irracional, es que si usamos el número de oro para dividir un rectángulo que ya posea estas proporciones, obtendremos un cuadrado y un rectángulo que tendrá las mismas proporciones y así podemos ir dividiendo sucesivamente el rectángulo resultante obteniendo cada vez un cuadrado y un rectángulo con dichas proporciones.

Hecho esto, si unimos las intersecciones de los distintos rectángulos obtendremos una espiral.

fibo3

Esta no es una espiral cualquiera, es la espiral presente en la distribución de las pipas en una flor de girasol, es la espiral de las caracolas, la espiral que dibuja el agua al irse por un sumidero o en la distribución de estrellas en la formación de las galaxias.

Y porqué estoy explicando todo esto. Pues veréis, porque la sucesión de Fibonacci posee también propiedades matemáticas interesantes. Una de ellas, apuntada por el astrónomo Johannes Kepler es la siguiente: si vamos dividiendo entre ellos números de Fibonacci consecutivos cada vez mayores, su cociente se acerca al valor 1.618033…

De esta forma tenemos que:

fibo4Y esto enlaza de algún modo con otra experiencia en cuanto al funcionamiento de la naturaleza, que a mi personalmente me parece que escenifica la perfección natural del universo que habitamos. Tan complejo y bellamente simple al mismo tiempo.

Porque digo que complejo y simple al mismo tiempo, pues porque es indudable que la perfección y complejidad del universo es difícilmente imitable, y sin embargo sus fundamentos parten de las realidades más simples.

¿Que es el universo sino energía electromagnética?

Según Maxwel, la propia luz no es otra cosa que una perturbación electromagnética.

¿Y que es el color? Realmente el color no existe, o dicho de otra forma, no es más que una percepción visual que se genera en el cerebro, al interpretar las señales nerviosas que le envían los fotorreceptores de la retina del ojo, y que a su vez interpretan y distinguen las distintas longitudes de onda que captan de la parte visible del espectro electromagnético.

Así los cuerpos iluminados absorben parte de las ondas electromagnéticas y reflejan otras, de acuerdo con la longitud de onda que tenga la luz que le llegue.

Esta capacidad de absorber y reflejar la luz, está relacionada directamente con la densidad del material que reflecte.

Así sucederá que si en una sustancia, material o tejido, los átomos que la componen tiene una vibración muy rápida, ejercerán un efecto tipo espejo y reflejará toda la luz, y observaremos el color blanco.

Si por el contrario la vibración de los átomos que componen el material es muy baja, quedarán muchos huecos por donde el tejido o el material absorberá toda la luz, y observaremos el negro.

Cada vibración creará una densidad determinada que absorberá una longitud de ondas y reflejará otras. De esta forma podremos observar todos los colores del espectro visible.

La pintura es una sustancia con una densidad determinada para absorber y reflejar determinada longitud de onda de la luz.

¿Podemos pues comprobar con el comportamiento de los colores, las características de las diferencias de vibración de la energía?

A continuación voy a describir una experiencia realizada por mi misma.

 

Experiencia de óleo sobre agua

Os invito ha probar. Es realmente didáctico. Es una forma muy visual de ver como funciona el universo, como funcionan nuestros pensamientos y como interrelacionan entre si.

“Coged un barreño de agua con un poco de gelatina neutra (en proporción de dos láminas por cada litro de agua), luego diluir un poco de óleo negro en un bote con tres partes de aguarrás puro por una de aceite de linaza hasta formar un liquido un poco consistente. En otro bote haced lo mismo con pintura al óleo blanca, luego podéis jugar echando gotas de estas soluciones sobre el agua con gelatina y veréis lo que pasa:

Por ejemplo veréis que si echáis una gota de blanco en primer lugar se expandirá por todo el barreño, pero lo mismo ocurrirá si echáis una gota de negro en primer lugar, sin embargo. Si echáis una gota de negro dentro de la mancha blanca, esta no dejará expandirse al negro. En cambio, si lo que echáis es una gota blanca dentro de la mancha negra veréis como poco a poco el blanco se va expandiendo hasta arrinconar por completo al negro y convertirlo en meras tirillas que rodean al blanco.

Se pueden hacer muchas pruebas de este tipo, de hecho podéis ir poniendo una gota de negro sobre blanco y luego una gota dentro de la gota negra, intercalando ambos colores uno dentro de otro.

Blog-5-bis

La primera imagen muestra el resultado de la primera mancha blanca y la primera mancha negra sobre el agua, en ella se puede observar como la mancha blanca comienza a cogerle terreno a la negra. La segunda imagen muestra el resultado de poner el blanco sobre el negro y el negro sobre el blanco,, en ella podemos observar la diferencia de comportamiento entre el blanco y el negro. La tercera imagen es la misma que la segunda un minuto más tarde, en ella podemos ver como el blanco sigue expandiéndose mientras el negro no se ha movido.

Quizás sigáis preguntándoos que relación existe entre la sucesión de Fibonacci y el comportamiento de la luz y su relación con el color.

Pues si lo pensáis es realmente muy simple. Tanto uno como otro nos están hablando del orden subyacente en la naturaleza.

Y en ambos casos podemos comprobar algo muy curioso. En el caso de la sucesión de Fibonacci, cuanto más ascendemos en la numeración a la hora de dividir un número entre su inmediato anterior, el resultado será más perfecto y se acercará más al número aureo, a la proporción divina.

En el color, vemos que el blanco y el negro no están exactamente en igualdad de condiciones, de hecho, cuanto más experimentemos y más porciones de negro y de blanco pongamos en el barreño, más terreno terminará cogiendo el blanco y más arrinconado terminará el negro.

Si pensamos que el blanco es el producto de la reflexión de la luz en un material cuyos átomos tienen una vibración más alta y atendemos a las distintas sabidurías que nos cuentan que son los sentimientos más nobles (amor, compasión, generosidad, alegría) los que hacen vibrar la energía que forma nuestra conciencia a más altas frecuencias.

Entonces podemos concluir que igual que el blanco tiene mayor poder que el negro y la luz que la oscuridad, tiene mayor poder la energía de más alta vibración. ¿Podemos entonces concluir que una buena intención tiene más poder que una intención de una vibración más baja y densa?

Una masa crítica suficiente, que crean de verdad que pueden cambiar la realidad, ¿pueden eclipsar a una mayoría pesimista e incluso a una masa crítica corrupta?

Por mi parte, permitidme llegar a una conclusión simple y esperanzadora. Creo que estamos condenados a vencer y no puede ser de otra forma.

Si nuestra conciencia puede modificar la vibración de nuestra energía, es nuestra conciencia la que decide que tipo de energía somos y cuanta luz hay en nosotros. Sin embargo, y aquí entran los ejemplos anteriores tanto de la sucesión de Fibonacci como del comportamiento del color, en cada salto, habrá un poco más de luz en la mezcla, que nos ayudará a incrementarla en la siguiente vuelta.

Así que Dios si juega a los dados, pero con dados trucados.

Y la conclusión evidente es que si nuestro destino en este universo es encontrar la luz, estamos irrevocablemente destinados a llegar a la meta.

Si en algún momento pareciera que esto no es así, no importa, solo hay que darle tiempo.

Podemos decir, pues, con bastante literalidad, que la luz que ya hay en nosotros determina, en gran medida el color que vemos en nuestra realidad.

 

Mateo 6, 22-23.—La lámpara del cuerpo es tu ojo, así que si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso. Pero si tu ojo estuviese enfermo, todo tu cuerpo será tenebroso, pues si la luz que hay en ti son tinieblas ¿que tales serán las tinieblas?

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Un pensamiento sobre “Dios juega con dados marcados

  1. Mª Ángeles Oliva Jiménez

    Gracias por este artículo tan interesante que devuelve la luz a todos. Siempre he estado convencida que el bien puede sobre el mal, la verdad sobre la mentira,… y es una poderosa herramienta para seguir adelante en momentos de profunda oscuridad, vuelves a encender con esfuerzo una pequeña lamparita, convencida de que más adelante te inundará la luz del sol al final del túnel y además, lo más enriquecedor es cuando te encuentras con más personas, en la oscuridad, a las que te unes, y juntas, la parte blanca va disolviendo a la negra, la conversación, la amistad que se genera en el recorrido, la risa y el amor por el otro que se va tejiendo hacen incluso que te alegres casi de haber experimentado esa oscuridad porque ahora tu luz es mucho más potente, de mayor calidad y más segura.
    Gracias por tus Watios, que son muchos.