Extraño fenómeno en Chichén Itzá

Hola de nuevo a todo.

Hoy vuelvo a subir estos 36 escalones después de un período de inactividad por vacaciones, y he de reconocer que subo estos peldaños aún con bastantes agujetas, tras haber subido la gran pirámide de Cobá.

Este año hemos estado de vacaciones en la Ribiera Maya. Salíamos el día 14 de julio muy de mañana y hemos vuelto el día 22 por la noche.

Como podréis imaginar no iba a dejar pasar esta ocasión sin visitar la pirámide y el complejo arqueológico de Chichén Itzá.

Tengo que reconocer que el enclave en su conjunto y específicamente la pirámide me fascinaron por completo. Me pereció increíble semejante control matemático, astronómico y arquitectónico. ¿Como era posible controlar las construcciones para conseguir unos efectos sonoros tan espectaculares como milimétricamente estudiados?

Durante nuestra visita ocurrió algo que, según palabras de nuestro guía, no estaba previsto en absoluto.

Desconozco por completo si esto es o no es así, no obstante os lo quiero contar por si alguien pudiera aportar algún dato al respecto.

El día 17 de este mes de julio nos levantamos muy muy temprano, a eso de las cinco de la mañana, para arreglarnos preparar las pocas cosas que deseábamos llevar y salir dirección Chichén Itzá. Ramón, nuestro taxista, nos recogió a las seis y emprendimos nuestro viaje de poco más de dos horas desde nuestro hotel cerca de Playa del Carmen hasta nuestro destino en el interior de la selva.

Sergio, nuestro guía, nos esperaba a la entrada del complejo arqueológico.

Durante las siguientes dos horas fue desgranándo la historia del pueblo maya y del enclave arqueólogico que pisábamos, aportando un montón de datos interesantes que incluían desde la naturaleza y utilidad de varias de las especies arbóreas de la entrada hasta la historia, costumbres y rituales del pueblo Maya antes y después de unirse al pueblo Tolteca.

Pudimos escuchar la mágica resonancia del campo de pelota y como devolvía el sonido de la palmada multiplicado por siete en cada lado y con sonidos cruzados si la palmada se daba desde el centro del campo. También pudimos oír como la cúspide de la pirámide respondía a las palmadas de nuestro guía con el canto del quetzal.

Pero justo en el momento en el que Sergio nos contaba, desde la cara sur de la pirámide, como en los equinoccios el sol va iluminando la arista suroeste hasta llegar a la cabeza de serpiente de piedra situada en su base, creando así la figura de la serpiente que desciende, se quedó mirando la arista que daba al sur en la cara oeste y nos dijo que allí estaba sucediendo algo extraño. Llamó nuestra atención acerca de que en esa arista, la sur de la cara oeste, se estaba formando el mismo fenómeno que formaba la serpiente en los equinoccios, solo que en esta cara no hay cabeza de serpiente en su base.

Por supuesto saqué varias fotos que ahora colgaré.

Como dije no sé si esto es o no habitual, el caso es que nuestro guía se volvió varias veces para comprobar si el fenómeno seguía allí y yo, desde mi completa ignorancia sobre el fenómeno, solo podía preguntar y lo hice en varias ocasiones ¿de verdad que esto no es normal?

Él continuó asegurándome que no, en absoluto.

Aquí os dejo esta extraña anécdota e invito a quien tenga algo que aportar al respecto a que lo haga. Me encantaría ahondar un poco más en el tema, tanto si es para confirmar como para desmentir la extrañeza del fenómeno.

Un abrazo.

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