Hoy, un gran día todos los días

Hola a todos de nuevo.

Hace algún tiempo que no me asomo a los peldaños de estos 36escalones.

En realidad me encuentro disfrutando de unos días de vacaciones y no tenía intención de hacerlo hasta la vuelta. Pero en ocasiones ocurren cosas y el destino tiene sus razones y tiempos.

Vereis, solo unos días antes de salir de vacaciones, mi familia y yo acudimos a la boda de un familiar.

A veces, estos eventos constituyen una oportunidad para reencontrarse con gente a la que no ves desde hace tiempo, y en esta ocasión este fue el caso.

Tuvimos el placer de reencontrarnos con varias familias maravillosas de las que la distancia nos mantienen habitualmente separados.

Una de estas familias, de un primo de mi marido, tiene tres hijos, un chico y dos chicas gemelas de unos 19 o 20 años. Todos ellos chicos extraordinarios.

Durante las charlas que precedieron a la cena formal, la madre de estos chicos me contó que una de las chicad, Marimar, habia escrito algo que la había emocionado. Me hizo un breve resumen y le pedí que me hiciera llegar el escrito.

Ayer mismo recibí dicho escrito. No diré más, solo que el escrito realmente me emocionó y me pareció digno de ser compartido y meditado.

Por supuesto, le pedí permiso para incluirlo en este espacio.

Sin más, os lo pego a continuación.

«El hombre sabio no dudará en preguntar al infante por el lugar de la vida y este le contará, y vivirá…

Jesus de Nazaret»

Ayer, antes de acostarme en mi cama, decidí cambiar las sábanas, y ¡Cómo me encanta dormir con unas sábanas recién lavadas!
Tras una noche, en la que por cierto he dormido genial, al despertarme he leído un tierno mensaje de buenos días de alguien especial para mí.
Me he levantado, he bajado mi escalerita y que placer no encontrarme cansada y con las pilas cargadas después de un pedazo fin de semana.
Me he vestido, y sí, me he puesto un chándal para ir a la facultad porque me ha dado la gana, ¿Que más dará? Tanto arreglarse… Como dicen los abuelos: ¡Si a nuestra edad estamos guapos con todo! He desayunado mi dulce preferido, que no sólo me gusta por su sabor sino por todos los buenos recuerdos a los que me lleva mi mente cuando lo como. Me he lavado los dientes y, ¡lista para la facultad!
Me he montado en el coche, mi padre se ha ofrecido a llevarme. De camino, he olido a pan recién horneado y que me gusta ese olor… Al entrar, ha sonado una de mis canciones preferidas en la radio. Mi padre y yo la hemos cantado como si fuera la última de nuestra vida aunque he de decir        que un baile un tanto extraño…
Como me ha sobrado tiempo, he dado un paseo de 10 minutos antes de entrar y ¡qué bien sienta el aire de primera hora de la mañana!
He entrado a clase, suelo sentarme con mi grupo, pero hoy decidí sentarme en otro sitio con un viejo amigo ¿por qué? aún no lo sé, las cosas de la vida… Después de dibujar, jugar al billar, al fútbol con bolis, al juego de la raya, hacernos dos mil fotos y ciento cincuenta mil tonterías mientras nuestro profesor explicaba… ha terminado la clase y he desayunado, ¡que rica la fruta! Después del descanso, descubro que salgo una hora y media antes y por eso en lugar de a las 14:00, ¡Salgo a las 12:30!
Salgo de la facultad, voy a casa y al sentarme en el autobús escucho como un viejecito le dice a su mujer; «no te preocupes, cuando nos casamos yo sabía que esto no iba a ser perfecto, pero no importa si estamos juntos»… ¡Qué bonito que es el amor tan real y sincero!
He bajado del bus y ¡que sorpresa! Sienta muy bien reencontrarse y abrazar a amigos después de no haberse visto en mucho tiempo.
De camino a casa ha empezado a llover… me encanta sentir la lluvia en la cara y más con buena temperatura, ¿qué más da que se encrespe el pelo? Ese momento de silencio a solas, la lluvia y yo… eso… esa sensación no puede compararse con tener un pelo bonito…
Al cruzar la calle, la chica que conducía me ha cedido el paso me ha puesto una sonrisa tan sincera, que se me ha escapado una pequeña sonrisa de vuelta… y encima, a mi lado la risa de un bebé… nada más sincero e inocente que él. Tras esto, me he enterado de que mi mejor amiga viene de camino a Málaga  y ya me es imposible dejar de sonreír en lo que queda de semana como mínimo…
He llegado a casa, y me he encontrado en el sofá, como no, a la coñazo de mi hermana pero qué guapa estaba la jodía…, el primer pensamiento que se me ha pasado por la cabeza ha sido; «cuánto te quiero y como me alegra verte nada más llegar a casa» ¿por qué no te lo habré dicho?
Tras esto, han llegado mi madre y mi hermano, hemos tenido una larga conversación sobre el planteamiento de la nueva semana que comienza hoy y mi hermano nos ha contado lo genial que le han salido los exámenes. Me gusta saber que va bien en los estudios.
Y ya… ya no os voy a contar la comida que he almorzado… porque es indescriptible de lo buena que estaba la comida que me ha hecho mi preciosa madre…

QUE PEDAZO DE DÍA, ¿NO?

Creo, que en esto se basa la vida… Podría decir que es lunes, he tenido que madrugar para nada porque me he equivocado de hora, en el coche se nos han cruzado dos o tres personas y nos han pitado sin necesidad, he encontrado tráfico de camino a la facultad y encima tanto madrugar para nada porque me ha sobrado tiempo y he tenido que andar 10 minutos. He desayunado una manzana y podría haber tomado un bocata calentito, después de clases he cogido el bus… ¿por qué no me habré sacado ya el carnet? Al bajar, he tenido que estar de pie, con lluvia hablando porque encima me he encontrado con un conocido. En casa he tenido que limpiar y esperar que mi madre cocinara porque se había retrasado mientras veía a mi hermana tan tranquila en el sofá… Después del día que llevo yo, ¡Qué envidia! Y, para rematar, después escuchar a mi hermano y sus cosas…

¿VEIS LA DIFERENCIA?
Creo que la vida es un 10% lo que haces y un 90% como te lo tomes… Para mí, la felicidad está en los pequeños gestos y acciones que tenemos a nuestro alcance a diario y que nos hacen sentirnos de maravilla. Eso, es lo que realmente merece la pena, pequeños golpes de suerte que pueden ocurrir todos los días pero que nos hacen sentirnos tremendamente genial. Simplemente hay que percatarse de cuando están ocurriendo, y así la siguiente vez que “aparezcan” en nuestra vida, los podremos disfrutar mucho mejor. Cuenta cada segundo como si fuese el último, y así te darás cuenta de la gran magia del momento.

 

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5 comentarios en «Hoy, un gran día todos los días»

  1. Manoli Díaz Miranda

    Muy buena reflexión hermanita y muy verdadera. El día por muy malo que haya sido siempre hay que buscar el lado positivo. Y aprovechar al máximo segundo, minuto, horas de todo lo bello y hermoso que se ponga delante de tus ojos.
    Sobre la reflexión de la niña los sabios sólo se dedican aprender y no se dan cuenta que la vida pasa, por eso el infante que utiliza más la lógica, porque es coherente se dedica a disfrutar cada instante de la vida, y la valora mucho. Está es mi reflexión, pienso que el presente es muy importante y el aquí y ahora.

  2. Montserrat

    Que hermoso lo que acabo de leer y mas cuando se lo leo a mi Nuria López por teléfono estamos con la boca abierta, dale un besazo a esa pedazo de niña y otro para ti guapa

  3. Francisco Jose

    Que buena reflexión, que cierto es, cuantas mañanas hemos vivido mal humorados y enfadados con todo lo,que,se,nos pone por delante, cuando con nuestra aptitud, podemos cambiar todo. Podemos convertir lo cotidiano en algo maravilloso.