La buena suerte también se contagia

Hola a todos de nuevo.

Quisiera acercarme hoy hasta los peldaños de esta escalera para compartir con vosotros algo.

Se trata de una de esas cosas que solemos dejar pasar de largo en nuestra vida colocándole la etiqueta de anécdota, pero que yo creo que quizás tenga más importancia de la que le conferimos habitualmente. A mi particularmente este tipo de cosas me parecen preciosas y me alegra el alma.

Veréis, si no recuerdo mal, el jueves de la semana pasada compartí con vosotros una reflexión que titulé ¿qué es verdad?, donde intentaba discernir sobre la relación entre lo que somos capaces de ver, lo que ya existe en nuestra mente y la realidad con la que vamos construyendo nuestro propio camino.

Como recordaréis, comenté que la capacidad de superar los supuestos límites de esta realidad solía ser contagiosa y os conté una anécdota personal sobre los tréboles de cuatro hojas y como la gente que me rodeaba y que veía como yo podía encontrarlos, comenzaban a encontrarlos ellos mismos.

Bien, pues este sábado fuimos mi marido y yo junto a unos amigos a caminar por una zona cercana a donde vivo, yl cielo quiso jalonar nuestro camino de preciosos tréboles de cuatro y cinco hojas. No sé si el hecho en sí tuvo que ver en nuestro ánimo o quizás fue la buena energía que nos rodeaba y envolvía esa mañana la que propició tan inusuales y abundantes hallazgos, pero lo cierto es que fue una mañana preciosa, donde se palpaba el buen ambiente y el optimismo y que nos llenó de energía para todo el día.

Ayer una vecina y amiga, con la que he compartido con frecuencia reflexiones y charlas dentro y fuera de nuestro grupo de yoga y meditación me mandó la fotografía que coloco a continuación y donde se puede contemplar como ella y sus hijas sostienen en sus manos seis tréboles de cuatro hojas que habían encontrado en un jardincito junto a nuestra casa.

Hallazgo que celebraban emocionadas, pues se crea o no en las propiedades mágicas de esta humilde plantita, lo cierto es que contemplar como aparece en nuestras vidas siempre nos hace sentir una sensación de regocijo y complicidad con el universo.

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Y ¿por qué traigo a colación ahora este tema, bajo el título “la buena suerte también se contagia?

Pues veréis, a estas alturas supongo que no es necesario convencer a nadie sobre la capacidad de contagio y expansión de las desgracias, el pesimismo, la fatalidad y la miseria. Todas estas cosas se expanden creando pandemias y crisis como si de un virus se tratara. El refranero español está lleno de referencias a esta circunstancia “a perro flaco todo se le vuelven pulgas”, “las desgracias nunca vienen solas”, “quien más merece de hambre perece” y un largo etcétera.

En realidad solo hay que contagiar el estado de ánimo que las acompaña para encender la mecha que hará estallar la desgracia colectiva.

Pero ¿acaso solo podemos contagiar las circunstancias que conducen al infortunio?

¿Y si pudiéramos contagiar también los resortes que mueven el mecanismo de la ventura?

¿Existirían límites para la cantidad de ventura que pudiésemos conseguir?

¿Acaso existen para la fatalidad?

Y si realmente estuviera en nuestras manos, o quizás sea más preciso decir en nuestros corazones, cambiar el mundo.

¿No merecería la pena ponerse a ello con ahínco?

¿No merecería la pena trabajar con entusiasmo en esa empresa?

Si quieres conocer mi historia con los tréboles, pincha el enlace en la imagen.

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Un pensamiento sobre “La buena suerte también se contagia

  1. Manoli Diaz Miranda

    Igualmente que la felicidad, el Amor, la alegría, la paz….. estas emociones también se contagian, pero siempre suele haber personas que toman su vida desde el lado oscuro, y suelen decir a las personas que se sienten así » SEGUIR ASÍ, SEGUIR ASÍ QUE YA OS VENDRÁN LAS DESGRACIAS». Creo y pienso que no me equivoco, como se le suele decir siempre hay un» agua fiestas».
    Lo mejor que se hace es ignorar a esa persona, porque si intentas ayudarla para que se una al grupo no podrás romper sus barreras, y lo único que hará será insultarte.
    No quiero decir con esto que no nos contagiemos de esas emociones, porque gracia a Dios, hay cada día más mentalizada en el camino de la LUZ, que de la oscuridad. Yo pensaba que habíamos pocos seres de luz, pero en los mensajes transmitidos por Facebook, me aparecieron muchísimas personas, llenas de pura , y me quedé anonadada la cantidad de grupos que había. Me dije a mí misma, pero bueno si esto es una alegría que haya tantos hermanos de LUZ. Nos intercambiabamos información y vamos aprendiendo cada día muchas cosas. Dime si esto no es contagiarse!!! Nos ofrecemos esas emociones que dije al principio y nos sentimos cada vez más cerca de la Sustancia la cual nos creó y de la cual estamos hechos.