No te fíes de tus recuerdos

He sentido la necesidad hoy de subir estos 36 escalones para compartir con vosotros una breve, pero creo que importante y en extremo trascendente reflexión.

La idea surge escuchando una noticia sobre un estudio de la psicóloga conceptual de la Universidad de California, Diana Deutsch.

La mencionada investigadora concluye en un estudio titulado «No te fíes de tus recuerdos», que el cerebro no está diseñado para recoger y conservar los recuerdos sino para sobrevivir, así que tenderá a construir en cada caso, una historia convincente con nuestras propias creencias y sensaciones actuales a fin de facilitarnos una cierta comodidad mental.

Por otro lado, la investigadora Donna Jo Bridge, en un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience, asevera que:

“La memoria humana tiene un editor que no descansa: cada vez que visitamos una experiencia del pasado añadimos fragmentos del presente y cambiamos la película. A su vez las nuevas versiones de lo acontecido editadas por la memoria, causan emociones que modifican nuevamente lo recordado, de manera que, en lo que a lo rememorado se refiere, no existe el video original

Según Bridge, es un mecanismo de supervivencia. Las memorias se adaptan a un contexto que cambia constantemente y eso nos ayuda a lidiar con lo que es importante en ese momento.

«La memoria no es como una cámara de video», agregó. «No es que uno pueda volver atrás y ver lo ocurrido tal como ocurrió, sino que la memoria reconstituye y edita creando una historia que se ajusta a la realidad presente».

Según los investigadores, esa edición ocurre en el hipocampo del cerebro, que trabaja como editor y equipo de efectos especiales”. (Enlace)

Desde otra vertiente bien distinta, el catedrático del Instituto Matemático de la Universidad de Oxford, Roger Penrose, autor de numerosos best-sellers de divulgación, entre los que destacan «Lo pequeño, lo grande y la mente humana» o «Sombras de la mente», escribió en 1989 «La nueva mente del emperador».

A través de este libro, Penrose intentaba demostrar que el funcionamiento de la mente no era algorítmico sino cuántico, y que no podía ser reproducido por una máquina. Para ello usó entre otros ejemplos el expuesto en la entrada anterior sobre la teleportación “Posibilidad ciéntifica de la existencia del alma”.(Enlace)

Pequeño fragmento de la entrada anterior;

…. en la teleportación, no estaríamos transportando ninguno de los átomos que componen el cuerpo que pretendemos transportar, lo que realmente haríamos es transportar la información de esos átomos para reconstruir el cuerpo en sí en el lugar de destino, destruyendo al mismo tiempo el cuerpo emisor en el lugar de origen. A fin de que la idea pueda resultar aún más gráfica, diría que podría de hecho darse el caso de que ambos cuerpos coexistieran durante milésimas de segundo…” (Enlace)

Consecuentemente, si el funcionamiento de la mente es cuántico, tendríamos que tener en cuenta tanto el principio de incertidumbre como el de entrelazamiento. De este modo según el principio de incertidumbre, cada observación estaría definiendo la realidad de nuestra mente y por tanto la nuestra, y según el principio de entrelazamiento con cada modificación presente, estaríamos modificando, no solo nuestro futuro sino también nuestro pasado.

Y como no hay dos sin tres, a esta segunda opción me gustaría añadir la expuesta en la entrada ¿Podemos comunicarnos con otros universos? (Enlace), donde planteaba la posibilidad de que dos personas sentadas frente a frente pudiesen estar viviendo en universos paralelos. Para ello, exponía la posibilidad de que en realidad no estuviésemos presentes dentro de nuestro cuerpo sino que fuésemos parte de una sola consciencia conectada por secciones a distintas realidades dentro de distintos universos. En este caso el cerebro sería la máquina de control a través de la cual transmitiríamos las órdenes a nuestro cuerpo. Por supuesto cada uno de esos universos dispone de su pasado y su futuro, por tanto si saltamos o conectamos con otro universo, a través de nuestras creencias, estaríamos modificando nuestro futuro y también nuestro pasado.

Dicho todo lo anterior, tengo que aclarar que no pretendo en esta entrada defender una opción en concreto. Más bien pretendo llamar la atención del lector en un hecho evidente. Parece que desde muy diversos ámbitos estamos llegando al mismo punto, que no debiera ser tomado a la ligera. Tanto si el pasado es modificado de forma real, con la mente cuántica o conectando con distintos universos, como si somos nosotros los que modificamos nuestros recuerdos para adaptarlos a nuestro presente, lo cierto es que nuestra única realidad está compuesta por aquello que vivimos y por lo que recordamos, tanto si esos recuerdos han sido modificados como si no. Y si esto es así, es indudable que:

“Nuestra percepción de la realidad y nuestras creencias están modificando continuamente, no solo nuestro futuro, sino también nuestro pasado.”

Así que, en cualquiera de los casos ¿no debiéramos plantearnos seriamente que hacemos con nuestra mente y como percibimos el mundo que nos rodea?

La consecuencia inevitable de todo lo planteado anteriormente es que una visión catastrofista de nuestra realidad estaría dinamitando literalmente nuestra vida y dando al traste con cualquier esperanza de remisión, pues estaríamos convirtiendo toda nuestra historia en un auténtico drama que viniera a justificar nuestra visión actual del mundo que nos rodea y nuestra propia realidad.

Quisiera aquí contar una historia personal y completamente real.

“Se trata de la historia de un amigo. Éste era lo que solemos llamar una persona en extremo aprensiva. Jamás había sufrido problema alguno de riñón, pero a raíz de la enfermedad de otro amigo común, que murió después de dos procesos cancerosos consecutivos que afectaron a cada uno de sus riñones, se obsesionó con el tema. El amigo del que os hablo se preocupó por cuidar sus, hasta entonces sanos, riñones hasta un extremo obsesivo. Bebía el agua estipulada, comía fruta diurética en ayunas y seguía concienzudamente cuantas recomendaciones recibía en tal sentido.

Por desgracia, el final de esta historia no es otra que, al paso de cinco o seis años mi amigo desarrolló una afección que afectó a sus dos riñones y que lo condujo a la muerte tras soportar varios meses de diálisis.”

Así que solo me resta plantear al lector una pregunta ¿Qué vida quieres construir?

 

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4 comentarios en «No te fíes de tus recuerdos»

  1. Silvia (Zoe)

    Osea, que en realidad vamos creando nuevos recuerdos construidos a partir de antiguos recuerdos… me pregunto si por ejemplo, al someternos a hipnosis, afloraran los recuerdos verdaderos o los reconstruidos, si habrá en alguna parte de nuestra mente un espacio para lo que realmente ocurrió, estos nuevos recuerdos me parecen una máscara, es como si fuera otra estrategia del ego para sentirse a salvo, para no enfrentar la verdad o para acomodarla en su beneficio.
    A nivel cuántico también está la posibilidad de que estemos viviendo pasado, presente y futuro paralelamente y que nos percatemos de aquello en lo que nuestra conciencia original pone la atención, el observador que decide que colapasará como realidad.
    Un tema complejo este, quizás todas las opciones son correctas, y tambien depende del observador.
    Mi percepción a cerca de la realidad que quiero vivir, es que todo aquello que podemos imaginar puede ocurrir si se dan las circunstancias adecuadas y si estamos preparados para vivirla. Quizás la conciencia se divide en forma fractal conforme se presentan las posibilidad y por eso no lo recordamos todo, cada división fractal de conciencia guardaría su viviencia en su memoria hasta que vuelvan a reunirse todas estas divisiones y pueda contemplarse la totalidad.
    Buenas noches! 😉

    1. Mercedes Rodríguez Autor

      Hola querida Silvia, interesantísima reflexión.
      Yo estoy más con tu forma de verlo.
      No puedo demostrar en absoluto que mi forma percibirlo se ajuste a la realidad, sin embargo creo que en cada una de estas teorías lo único que podemos constatar es la consecuencia del proceso y a raíz de esto vamos buscando un proceso adecuado para llegar a esa consecuencia, ajustando ese proceso a aquello que conocemos y que entendemos como real.
      Así a la misma consecuencia, un Psicólogo busca una justificación en el subconsciente, un neurólogo en los procesos químicos que se dan en el cerebro y un físico en el comportamiento de las partículas subatómicas que nos componen.
      Por poner un ejemplo de lo que digo, es como cuando se hace un experimento neurológico y se constata que incidiendo en determinada parte del cerebro se proboca una experiencia de desdoblamiento. A raíz de la constatación del hecho en sí, un neurólogo llega a la conclusión que esa parte del cerebro crea la alucinación de creernos fuera del cuerpo. Sin embargo también pudiera ser que esa parte del cerebro se estuviera encargando de mantenernos en la ilusión de formar parte del abatar que manejamos (como las gafas de realidad virtual) y al incidir en ella estubiésemos interrumpiendo su cometido y experimentando momentaneamente la realidad.
      Como ya he ido exponiendo en distintos blogs, yo creo que lo que realmente ocurre es que vivimos una realidad fractal, donde cada posibilidad constituye un universo, pero esos universos no están separados entre sí por distancia física sino por nivel de vibración dentro del mismo espacio, igual que dentro de la misma pantalla de televisión podemos vivir diversas realidades cambiando de sintonización. Creo que no estamos dentro del cuerpo, del universo ni de la realidad que experimentamos, solo conectados a ellos con un mecanismo que nos lo hace creer. Creo que a eso se referían todas las filosofías antiguas cuando hablaban del Maya, del Sansara o del Seol.
      Somos una sola consciencia y descubrir que estamos mucho más cerca los unos de los otros que cada uno de su propia realidad es uno de nuestros grandes cometidos, el otro es aprender a ser libres, a que el espejismo de la pantalla que hayamos elegido no coloque grilletes en nuestra consciencia.
      En fin, es mi forma de verlo, siento que es ahí donde debemos buscar.
      Muchas gracias querida Silvia y un gran abrazo.

      1. Silvia (Zoe)

        Por ahí busco yo tambien, nos falta encontrar la llave o tal vez la tenemos y lo que tenemos que encontrar es la cerradura jeje.
        Besos guapísima! 😉